Soy poesía

No sé, tendría yo entre dieciocho o veinte años cuando escuché por primera vez aquella zamba que cantaba Mercedes Sosa titulada “Alfonsina y el Mar”.

“…Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá como en sueños
Dormida, Alfonsina, vestida de mar…”

Aquellas estrofas me llevaron a conocer a la poetisa argentina, a saber de su muerte y leer algunos de sus poemas. Ha pasado el tiempo y tras aquel digamos, mi descubrimiento, leí a otras muy de tarde en tarde.

Hoy tengo en mis manos un libro que se titula “Soy poesía”. Lo he leído poco a poco, tomándome un tiempo, releyendo y saboreando, y es que para mí leer poesía es como prepararse a entrar en un mundo distinto. Siempre se accede a mundos distintos al de nuestro vivir cotidiano cuando nos sumergimos en la lectura de cualquier narración, pero al acercarse a la poesía es como si irrumpíesemos en un templo antiquísimo. En cierta ocasión tuve la suerte de estar en un edificio funerario de la Era del Bronce quedando al instante, embargado por la emoción. Esas parecidas sensaciones, creo yo, se trasladan al lector adicto a la poesía y hay que estar atento a todos los matices a toda la sensibilidad que se destila en la inspiración de cada verso, de ahí que la poesía haya de leerse poco a poco. La poesía siempre resulta como un libro de cabecera, no para leer en el transporte público.

“Soy poesía«

https://amzn.to/3Ejpvq0 es el primer libro de la argentina Laura Silvina Kriegel Litauer editado por la Editorial Imaginante

Engancha desde el principio, algo sorprendente en un libro de poemas.

Todos los amantes del género, cuando nos acercamos a la poesía lo hacemos con cierta unción, con los ojos brillantes y el alma dispuesta a desplazarse por los caminos que el autor nos quiera llevar.

Algunos lectores pueden acercarse a la poesía con temor, otros con la convicción de que no se van a enterar de nada —estos suelen ser personas llenas de impaciencia—.

La autora, seguramente buena conocedora de las debilidades de los lectores, es inteligente colocando una señalización al principio para que cada cual camine por donde más cómodo le sea.

Así, la obra sigue un camino al parecer previamente marcado y madurado por su autora, de esa manera como si se tratara de un mapa nos guía a través de: la palabra, el tiempo, la noche, los recuerdos, los reflejos. En definitiva, toda una declaración de intenciones y un itinerario para el lector que se acerca a su poesía.

Yo creo que el libro al empezar con la palabra, denota en la autora sabiduría, después todo es una generación, todo parece sucederse según un orden natural, el tiempo, la noche, los recuerdos…

“Soy poesía” es un libro que recomiendo encarecidamente, quien se acerque a él hallará ese sentimiento profundo, desgarrador a veces que se detecta en la poesía de las escritoras argentinas, desde Alfonsina, hasta Susana Villalba o María Aguirre, por nombrar algunas de las pocas que he leído y entre las cuales creo que Laura puede codearse perfectamente.

El Tiempo es un protagonista especial en “Soy poesía”, aporta a su obra una especie de angustia sobrevenida de cierta postura inconformista de la autora, en un sentido amplio.

Se nota a la vez el puntillismo en sus versos, a menudo constantemente preocupados por el paso del tiempo, u otras veces trágicamente asaltados por la hora final.

«…el aliento final la mirada derramada en el filo del último paso…»

Felicidades a la autora a quien le auguro muchos éxitos.

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