Saki es el pseudónimo de Héctor Hugh Munro y hace pocos días terminé de leer su obra Cuentos Indiscretos, son cuentos cortos que siguen el camino que comenzara en 1904 con sus títulos: Reginald y Reginald en Rusia recogidos en sendos trabajos a partir de sus colaboraciones en la Westminster Gazette. Se sabe que dejó escritas un par de novelas como: El insoportable Basington y Cuando vino Guillermo.
No voy a hablar aquí de su biografía ya que ya hay mucho y bueno, escrito por ahí.
En Cuentos Indiscretos retrata de maravilla la condición humana casi de una manera freudiana, estos cuentos resultan a veces delicadamente crueles, demostrándonos en ellos su agudeza.
Sus narraciones son muy sutiles desde el punto de vista estilístico y además consigue transportarnos con una prosa ágil, a veces cruel como he dicho antes, hasta unos momentos antes, en el discurso, de que nos pueda llegar a herir, como en los relatos de Gabriel Ernesto, o en Tobermory, o en El narrador de cuentos.
Resulta de alguna manera revolucionario en su intención de narrar del modo en que lo hace. Se rie de la hipocresía pacata de su tiempo. Va tejiendo con sus palabras un tapiz de ironía que lo hace creible con un añadido de cierto sentido humorístico.
Saki estaba de parte de los débiles y en contra del orden social establecido, aunque esto último no se le note.
«—¿Conoce mucha gente de por aquí? —le preguntó la sobrina cuando le pareció que ya habían tenido suficiente comunicación silenciosa.
—Casi a nadie —dijo Framton— mi hermana estuvo aquí en la parroquia, como sabe, hace unos cuatro años, y me dio cartas de presentación para la gente del lugar. Dijo esto último en un tono evidente de excusa.
—¿Entonces, prácticamente no sabe nada de mi tía? —continuó la segura jovencita.
—Sólo su nombre y dirección —admitió el visitante. No sabía si la señora Sappleton era casada o viuda.»
Extracto de: La ventana abierta