He terminado de leer Rocinante vuelve al camino, aunque yo había oído hablar más de Manhattan Transfer la novela antagonista de El Gran Gatsby de Fitzgerald. Me he prometido leer esa otra obra de Dos Passos tras la inquietud que ha calado en mi espíritu con este Rocinante.
«…Las anchas hojas murmuraban al viento, y el olor de las brevas, color púrpura contra el azul intenso del cielo, había sido como una cálida caricia de terciopelo. Y el arriero había platicado ensalzando los méritos de su burro y la alegría de ir de pueblo en pueblo con mercancías, subir a los montes a por castañas y leña, bajar al mar a por pescado…Y yo, tendido de espaldas, con los ojos cerrados y el zumbido de las abejas de las higueras en mis oídos, había ansiado que su vida fuera mi vida…»
Rocinante vuelve al camino es un libro del primer viaje que hizo por España Dos Passos y que escribió con posterioridad en 1922 . En el se retrata a un país antes de que la guerra civil lo devastara, un país que, según Hemingway, era el mejor del mundo. Pasó una temporada en aquella España de los años veinte gracias a lo cual consiguió acercarse a la realidad ibérica.
En este libro de viajes, novela y ensayo a la vez, Dos Passos mezcla ficción y realidad interponiendo a Telémaco, un trasunto del mismo John Dos Passos, que viaja a pie entre Madrid y Toledo buscando «el gesto» que aglomere en una imagen la esencia de lo español.
En Rocinante vuelve al camino aparecen de igual manera, taberneros, viajantes de comercio, arrieros, mezclados con personajes célebres como Pastora Imperio, Blasco Ibáñez, Galdós, o Valle-Inclán, sin olvidarnos de Giner de los Ríos. Es también una crónica en la que ahonda y bucea en el espíritu de España y en el alma de sus habitantes. Su aproximación a España la hace a través de sus escritores pintores y costumbres. Al leer Rocinante vuelve al camino, podremos comprobar la certeza de algunos juicios y algunas reflexiones. Las situaciones que Dos Passos plantea en su obra, están, a pesar del paso de los años, recordemos que escribió este libro en 1922, de absoluta actualidad, así él ya escribe acerca de los nacionalismos, el asunto de la inserción de Cataluña en España, u otras cuestiones, como por ejemplo, el poco peso de los intelectuales en nuestra sociedad actual.
A Johnn Dos Passos se le encuadra en lo que los críticos llamaron «generación perdida» como fueron también: Faulkner, Fitzgerald, Hemingway o Steinbeck.
A través de Rocinante vuelve al camino, puede apreciarse el importante conocimiento que tenía sobre la literatura española y sobre todo de la Generación del 98. Caben destacar sus reflexiones y ensayos sobre El Greco y otros aspectos culturales del país.
«… España es la patria clásica del anarquista. País formado casi todo él por una alta meseta inculta, con un clima que da todas las temperaturas, desde el húmedo calor africano hasta el seco frío de Siberia; país donde las gentes han vivido hasta hace muy poco —y viven todavía— en pueblos ocultos entre los desnudos rebordes de las montañas o en las dentadas costas, y donde cada región está separada de cada otra por hondas gargantas y desfiladeros, candentes en verano y helados en invierno. La raza ibérica se ha desarrollado aquí sin centro. El pueblo es la única forma de cohesión social que realmente tiene raíces en lo pasado…»