¿Qué me quieres, amor? y otros relatos, es un libro que se lee de un tirón. No voy a decir que es un libro en cuyos relatos se habla de amor, que así es, sino que se habla de desgarros, de nostalgias, y de causas perdidas.
Manuel Rivas conecta perfectamente con sus lectores mediante los dieciséis relatos que plantea a veces como si te los echase a la cara y a veces como llamando a tu corazón.
De entrada ya, es todo un ejemplo de belleza y de amor cuando escribe: «Sueño con la primera cereza del verano. Se la doy y ella se la lleva a la boca, me mira con ojos cálidos, de pecado, mientras hace suya la carne. De repente, me besa y me la devuelve con la boca…»
Ya aquí de entrada nos está proponiendo un viaje a la ternura, en otros relatos es el humor lo que lo llena todo, en otras ocasiones la cercanía de un paseo por las calles de La Coruña «…Eran los minutos más preciosos del día, allí, en el portal del bloque Tulipanes, barrio de las Flores, los dos haciéndole carantoñas a Perla…hasta que Lola surgiese en la noche, taconeando, corazón taconeando…», me traen el recuerdo del barrio de las Flores atravesado por el oleoducto bajo sus plazas y solares que conducía el negro petroleo desde la terminal del puerto hasta el polígono de La Grela-Bens; o cuando nos trae al recuerdo el barrio de Monte Alto, o el terrible suceso de la calle Barcelona donde encuentra la muerte el narrador.
Casi cualquiera que se acerque a ¿Qué me quieres, amor? y otros relatos, se sorprenderá gratamente de poder leer La lengua de las mariposas tras haber visto seguramente aquella adaptación de la película homónima de José Luis Cuerda.
Un saxo en la niebla, nos arranca una sonrisa y nos da esperanzas en la vida, o en La lechera de Vermeer, o El inmenso camposanto de la Habana, lo irreal o improbable, se convierte en cierto y real.
En todos o en casi todos y cada uno de los relatos nos sentimos como parte también de esas historias. Leyendo ¿Qué me quieres, amor? uno se encuentra más cerca del resto de la humanidad.
En definitiva animo a leer este libro a todos aquellos descreídos, que estamos muchos, de las posibilidades del género humano, En el se encuentra un rincón en el que todavía existe para nosotros una esperanza y la calidez del tacto humano, la caricia de que algo es posible.
Este libro fue publicado por Manuel Rivas en el año 1995, cuando empecé a conocer A Coruña a fondo.