El vigilante
La noche era oscura, perfecta para el vigilante. La luna estaba en fase creciente, aunque tardaría en salir, lo que garantizaba unas cuantas horas de observación del cielo profundo. Por otra parte, la neblina del atardecer que bajaba del norte se había enseñoreado del horizonte, difuminando el valle y creando una atmósfera melancólica. La puesta […]