Espera
Soplaba fuerte el viento. Ya había amanecido así, y ahora, en la quietud de la noche, sin trabas, campaba a sus anchas, más rey aún, azotando los montones de cebada en la era, martirizando los papelillos y jirones de desechos de industrias humanas atrapados entre las espinas de las aliagas o de los cardos. Los […]