Isis y Osiris

Isis y Osiris, o el mito de la muerte y resurrección

Síriso había nacido durante la primera mitad del s. XXI, algunos de sus biógrafos aseguran que en el año 2028, en el seno de una buena familia, desde muy pequeño ya fue encaminado hacia una educación y formación que lo convertirían en un líder, no así su hermano mayor Thes, que desde siempre se había rebelado contra los consejos de sus padres llevando desde muy pequeño una vida de caprichos y de excesos.
Sus padres no podían con él, pero lo amaban igual, aunque no de la misma manera que al pequeño.
Crecieron y cada uno fue por su lado. Murieron los padres y mientras que Síriso triunfaba en la vida en todos los aspectos, Thes la llevaba disoluta, era casi un crápula. Así fue creciendo en él una animadversión que más adelante se convirtió en odio hacia su hermano.
Aprovechaba cualquier ocasión para calumniarlo, e intentó robarle varias veces, alguna lo consiguió, pero Síriso que siempre estaba muy ocupado, no le dio importancia. Nunca era capaz de hablar con él y le perdonó todos sus deslices. Este desapego enfurecía todavía más a Thes que lo interpretaba como un desprecio.
Thes por aquella época se había asociado con una rica mujer de un país vecino, que gracias a herencias recibidas intervenía y monopolizaba los destinos de muchas personas, mediante el control del mercado y el de los grandes medios de producción, además de dominar los de opinión.
Esta mujer, Osa, estaba en realidad enamorada de él y lo que en principio fue una sociedad, se convirtió en un chantaje emocional al que Thes sometía a Osa, quien le socorría con grandes sumas de dinero por temor a que la abandonara por la hermosa y joven Nebebhet. No sabía Osa que en realidad Nebebhet era hermana de Thes. Aquel era un secreto que este no pensaba desvelarle.
Con el dinero que iba consiguiendo, se rodeó de un ejército de aduladores y sicarios a los que dominaba con fiereza.
Urdió un plan por el que situó a personas de su confianza dentro de las organizaciones de Síriso con un único objetivo: liquidar el imperio de su hermano y crear a su alrededor la sombra de la duda, publicando campañas de descrédito, gracias a los medios de Osa, además de achacarle delitos y crímenes contra la sociedad y las buenas costumbres. Sociedad que hasta hacía poco creía totalmente en su bondad y nobleza, de las que ahora empezaba a dudar.
El golpe definitivo lo consiguió asestar al secuestrar a Sisi, esposa de Síriso.
Acosado por la mala prensa que había inundado la opinión pública, su situación de poder se había tambaleado, sus empresas cayeron en manos de Thes y de otros especuladores. Mediante un mensajero le rogó y le imploró que liberase a su esposa. Aunque ya estaba acosado por todos los frentes y de que ya no tenía crédito, a pesar de todo todavía disponía de algunas propiedades, las últimas, las cuales pondría en sus manos a cambio de que le devolviera a su esposa, porque sin ella había llegado a darse cuenta de que su vida carecía de valor.
Thes mientras tanto, había conseguido interponer al frente de los órganos más poderosos de la administración, a sus hombres y mujeres de confianza, a quienes mantenía con grandes sumas de dinero encumbrándoles a los altos y selectos puestos de la sociedad. También había conseguido introducir su efectiva influencia en los altos puestos de la seguridad de la nación y en el seguimiento del crimen y del delito.
Había conseguido que su hermano Síriso fuera declarado en busca y captura por la policía internacional.
Mientras tanto, Osa seguía enamorada de él, y también había conseguido una postura de poder casi absoluto en el país vecino. Era una influenciadora en las nuevas técnicas del mercado, una agresiva triunfadora y todas las mujeres querían parecerse a ella. Osa y Thes eran la pareja modélica y de moda.
Thes se frotaba las manos ante las últimas noticias recibidas de su hermano. Si su vida carecía de valor al faltarle su esposa, le propuso reunirse con ella en un punto secreto, lo que Síriso aceptó de inmediato sin sopesar nada más. El encuentro tendría lugar en unas instalaciones ubicadas en una factoría ultramoderna, extractora de un metal codiciadísimo y escondida en lo más inhóspito de los bosques boreales.
Una vez conducido allí por los sicarios de Thes, consiguió ayudar a Sisi para que huyera de una manera rocambolesca gracias a la colaboración exterior recibida y organizada por Sibuna, hijo adoptivo de ambos. Sibuna era por entonces un médico cirujano e investigador mundialmente conocido, que a pesar de haber roto su relación con Síriso hacía mucho tiempo, seguía relacionándose y hablando con su madre adoptiva, por lo que enterado de la situación y habiéndoselo rogado su padre adoptivo, le faltó el tiempo para mover sus hilos, y poner su fortuna a disposición de la operación de liberar a su madre.
Tras un enfrentamiento entre los dos hermanos durante el que Thes estuvo a punto de perder la vida, fue socorrido en última instancia por sus sicarios que tras reducir a Síriso, lo encerraron por orden de su hermano en una galería de la mina sabiendo que el proceso automático de extracción lo mataría.
Síriso murió asfixiado entre toneladas de material y mezclado con el mismo, y en el mismo proceso automático, su cuerpo mediante cintas transportadoras fue a parar a un buque de carga atracado en un puerto clandestino del norte de Krasnoyarsk frente a las islas de Nueva Siberia. El buque durante su singladura se hundió entre los hielos tras sufrir una tempestad antes de cruzar el estrecho de Bering.
Con anterioridad a estos hechos, no habiendo conseguido Nebebhet que Thes diera la libertad a su hermano, desapareció asqueada, ocultándose de Thes después de una violenta discusión. Poco después, tras enterarse del hundimiento del barco, consiguió averiguar el paradero de Sisi a quien le puso en antecedentes de todo lo sucedido.
Sisi desde su liberación había estado buscando a su marido secretamente. Cuando Nebebhet la localizó, lo hizo cerca de Dudinka un pueblo con puerto en el curso inferior del río Yenisei desde el que se gestionaban cargas de mineral y en donde se había establecido en secreto junto con Sibuna.
Sisi, gracias a una moderna tecnología conseguida por su hijo adoptivo, después de muchos avatares, logró localizar el cuerpo de Síriso por un procedimiento insospechado: desde hacía pocos años se había sometido a una intervención por la que le colocaron un desfibrilador automático implantable extraordinario, en su aurícula derecha.
Mediante la tecnología de Sibuna consiguieron localizar su cuerpo enviando señales al aparato en una frecuencia determinada, recibiendo contestación y averiguando así el lugar exacto del hundimiento que se hallaba a menos de cien metros de profundidad. Sisi contrató un equipo minisubmarino a una compañía pirata de prospecciones arqueológicas que sacaron a la superficie el cuerpo de Síriso.
A causa de unos periodistas buscadores de noticias sensacionalistas, se enteró Thes de la noticia y tras robar el cuerpo, lo descuartizó.
Cuando estaba a punto de arrojarlo a un vertedero fue descubierto, huyendo precipitadamente del acoso de sus perseguidores mandados por Sisi.
La locura se había instalado en la mente de Sisi que consiguió con la ayuda de Sibuna unir los pedazos de Síriso y traerlo a una vida vegetativa que no duró mucho, pero antes de que acabara, Sisi consiguió una muestra de esperma de su marido gracias a la que mediante una inseminación artificial nació más tarde Suroh, el hijo póstumo que convertido en juez en un futuro próximo, consiguió poner de manifiesto los crímenes de Thes que fue desterrado y condenado por la justicia a trabajos forzados de terraformación en Marte.
Amazonis Planitia, Marte, año 225 T*
*Terraformación
Gracias a Plutarco ha llegado hasta nosotros, a través de su obra Isis y Osiris, escrita alrededor del 120 d. C., uno de los mitos más importantes de Egipto, el de la muerte y resurrección de Osiris.
En el mito se narra la historia del dios Osiris y de cómo murió a manos de su hermano Seth que aspiraba al trono de Egipto.
Para los egipcios Osiris fue un mítico rey que fundó la nación e instruyó a los hombres. Durante su labor civilizadora por el país y otras tierras, su hermano Seth intentó hacerse con el poder, pero, Isis, hermana y esposa de Osiris, se lo impidió.
No cejó Seth en su empeño y se alió con Aso, reina de Etiopía y con setenta y dos traidores más. Construyó un hermoso sarcófago con las medidas exactas de su hermano tomadas en secreto. Más tarde, con motivo de su regreso al país, le invitó a él y a muchos notables a un banquete, anunciando que, a lo largo de la celebración, a quien cupiera en el sarcófago se lo regalaría. Como era de esperar, el único que cupo fue Osiris, momento en el que los setenta y dos traidores, abalanzándose sobre él, le impidieron salir del mismo, lo cerraron y lo sellaron con metal fundido a fin de que no quedase ninguna abertura, arrojándolo después al Nilo en donde murió ahogado y arrastrado al mar.
La desconsolada Isis recorrió el mundo en busca de su marido, encontrándolo por fin en Biblos. Tras repatriarlo, al llegar al Delta, en un momento de descuido de esta, la tragedia alcanza su punto culminante cuando Seth despedaza a su hermano en catorce trozos dispersándolos por todo el país.
Entonces la incansable Isis, se transforma a la vez en milano para comenzar a buscar todos los trozos de su amado, recuperándolos uno por uno a excepción del falo que no llegó a encontrar nunca, pues Seth lo había arrojado al Nilo en donde un pez oxirrinco de boca de elefante se lo había comido.
Ayudada del dios chacal Anubis, hijo adoptivo de Osiris e Isis, unió el cuerpo de Osiris trozo a trozo vendándolo, incluso fue capaz de dotar a su marido de la réplica de su falo. Acto seguido volvió a transformarse en milano y colocándose encima del cuerpo de su esposo, mediante su magia y su aleteo dio vida al cuerpo del mismo. En ese momento quedó embarazada y más tarde dio a luz al dios halcón Horus que vengaría a su padre. Tras esto Osiris resucitado se fue al Más Allá en donde desde entonces gobierna como rey del mundo de los muertos. Horus desterró a Seth al desierto.

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