El próximo sábado 8 de junio, en el Parque José Antonio Labordeta, espero disfrutar con vuestra asistencia. Me tendréis para presentaros este nuevo libro en las casetas 45 y 47, de 11:00 a 14:00. ¡¡Nos vemos!!
Adela y la cigüeña, parte de un suceso sorprendente, un trueno durante una de las últimas tardes del mes de abril, acompañado de una imagen inusual:
«… Con el trueno, una gran cigüeña pasó volando decidida, a baja altura, en dirección este. Nadie supo que la cigüeña venía de muy lejos, ni que se asustó por el trueno abandonando su nido, ni que el ruido amenazador fuera la sonata de la naturaleza que quería anunciar su llegada, ni que la propia cigüeña, hubiese puesto como condición para volar tan bajo, que se anunciase su venida con esa música atronadora como si fuera la protagonista de una película».
El relato termina con una especie de trávelin literario alejándose, que sintetiza lo contado en una lágrima y una cigüeña.«… Mira a la ventana y se le erizan los pelos de las cejas y una lagrimita de alegría le cae por las mejillas…».
La novelita de Adela y la cigüeña, se ha construido con cierto toque de realismo mágico, de ahí que la narración nos vaya conduciendo a lo largo de un sendero que se desvía o se bifurca en ocasiones, llevándonos a situaciones que escapan de la realidad. «No sabe hablar, pero ha podido entenderse con las aves y otros animales. Ha sido libre porque no ha anhelado nada, salvo comer, pero esto último se lo han resuelto».
A fin de cuentas, la realidad ¿no es, en definitiva, un bombo de la lotería?
La picardía con la que Adela asume su vida. La mezcla con la fantasía y cierta invitación a la reflexión filosófica por la separación de su mamá, junto con una pizca de suspense, son los ingredientes de esta novela corta.
La narración va avanzando desde lo real, hasta lo imprevisible, en donde lo desconocido escapa a todo poder.
¿Quién sabe lo que pasará en este nuevo camino?